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Las pensiones actuales podrán ser congeladas pero no recortadas

Los doce expertos nombrados por el Gobierno para diseñar una propuesta de factor de sostenibilidad de las pensiones entregaron el viernes 7 de Junio a la ministra de Empleo, Fátima Bañez, su informe final. Este factor será un mecanismo automático de ajuste del gasto en pensiones que tendrá dos componentes:

Factor de revalorización anual (FRA): Actúa frente al riesgo económico

Se trata de un nuevo indicador –que sustituirá al actual IPC de noviembre– para actualizar la cuantía de todas las pensiones (las ya extistentes y de las nuevas que surjan cada año).

Este indicador se elaborará sumando tres términos: la tasa media de inflación;el crecimiento medio real de los ingresos del sistema depurando el efecto del aumento del número de pensiones y del efecto sustitución (que mide cuánto son superiores las nuevas pensiones sobre las que se dan de baja);y un tercer componente que reflejará el superávit o déficit del sistema a lo largo del ciclo económico. Los expertos recomiendan de “de cara a suavizar el impacto del ciclo en la revalorización de las pensiones” que se considere un periodo de 11 o 13 años (5 o 6 por delante y otros tantos por detrás del año en que se aplica). Debido a que este componente se calculará con proyecciones de ingresos, si éstas fallaran, se ajustarán en la revalorización a aplicar al siguiente año del ciclo. En cualquier caso, los firmantes recomiendan “garantizar –con una cláusula suelo– que la pensión de los pensionistas actuales no pueda disminuir nominalmente” con la aplicación del FRA. Con ello, las prestaciones podrán congelarse, con lo que se perderá poder adquisitivo, pero no disminuirá lo que ya cobran.

Factor de equidad intergeneracional (FEI): Actúa frente al riesgo demográfico.

Será un coeficiente que se aplicará en el momento de calcular la primera pensión de los nuevos jubilados. Se sumará a los parámetros ya existentes para calcular la pensión inicial” y relacionará la cuantía de la prestación con la esperanza de vida del perceptor. Según los cálculos elaborados por estos expertos, este factor tendrá un efecto gradual y muy lento. En concreto, en las actuales condiciones, las prestaciones podrían recortarse en el entorno de un 5% cada diez años.

No obstante, si la base media de cotización del sistema aumentara por encima del 5% en ese mismo periodo, la pensión real aumentará, en lugar de disminuir.

Dicho todo esto,“interesa mucho no ocultar que si no se introducen nuevas reformas (que aumenten los ingresos y/o ajusten los gastos), el efecto del baby boom a partir de principios de la próxima década hará que “la pensión media del futuro sobre el salario medio disminuirá significativamente”.

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